sábado, 19 de octubre de 2013

Cuide su salud; hablamos de aliento fuerte.

Es el olor del aire que exhala por la boca y, cuando es desagradable, característico o repugnante se denomina mal aliento o halitosis. Algunos trastornos producen olores específicos y característicos del aliento. El mal aliento relacionado con una mala higiene oral es el más común y es ocasionado por la secreción de compuestos de azufre por parte de las bacterias en la boca. Un aliento que huele a frutas se presenta a medida que el cuerpo trata de deshacerse del exceso de acetona a través de la respiración. Éste es un signo de cetoacidosis, que puede ocurrir en la diabetes, y es una afección potencialmente mortal. El aliento que huele a heces se puede presentar con el vómito prolongado, especialmente cuando hay una obstrucción intestinal. También se puede presentar temporalmente si la persona tiene puesta una sonda a través de la nariz o la boca hasta el estómago para drenar los contenidos gástricos (sonda nasogástrica) en el lugar. En personas con insuficiencia renal crónica, el aliento puede tener un olor similar al amoníaco (también descrito como un olor parecido a la orina o a "pescado"). El mal aliento puede ser causado por: Absceso dental. Alcoholismo. Caries dental. Prótesis dentales. Consumir determinados alimentos como repollo, ajo o cebollas crudas. Tomar café y otras bebidas. Objeto atorado en la nariz (generalmente sucede en niños); con frecuencia, una secreción blanca, amarillenta o sanguinolenta de una de las fosas nasales. Enfermedad de las encías (gingivitis, gingivoestomatitis). Diente impactado. Infección pulmonar. Mala higiene dental. Sinusitis. Infección de la garganta. Tabaquismo. Suplementos vitamínicos (especialmente en grandes dosis). Consumo de ciertos medicamentos, entre ellos paraldehído, triamtereno e inyecciones de insulina. Enfermedades que pueden estar asociadas con el aliento fuerte: Gingivitis ulcerativa, necrosante y aguda. Mucositis ulcerativa, necrosante y aguda. Insuficiencia renal aguda. Obstrucción intestinal (puede hacer que el aliento huela a heces). Bronquiectasias. Insuficiencia renal crónica (puede hacer que el aliento huela a amoníaco). Diabetes (olor a frutas u olor químico "dulzón" con cetoacidosis). Cáncer esofágico. Carcinoma gástrico. Fístula gastroyeyunocólica (aliento con olor a fruta). Encefalopatía hepática. Cetoacidosis diabética. Absceso pulmonar. Ocena o rinitis atrófica. Enfermedad periodontal. Faringitis. Divertículo de Zenker. Practique una higiene dental adecuada (especialmente la seda dental) y recuerde que los enjuagues bucales no son efectivos para tratar el problema subyacente. El perejil fresco o una menta fuerte son con frecuencia formas efectivas de combatir temporalmente el mal aliento. Evite fumar. Por otra parte, siga la terapia prescrita para tratar la causa subyacente. Contactar a un profesional médico: El aliento fuerte persiste y no hay una causa obvia (como el consumo de cigarrillo o la ingestión de alimentos que lo produzcan). Si se presenta aliento fuerte y signos de una infección respiratoria, como fiebre, tos o dolor facial con secreción nasal. El médico elaborará la historia médica y llevará a cabo un examen físico. El examen físico abarcará una evaluación minuciosa de la boca y de la nariz. Se puede hacer un cultivo de garganta si la persona presenta dolor de garganta o úlceras bucales. En muy pocos casos, se pueden llevar a cabo exámenes de diagnóstico: Exámenes de sangre para detectar diabetes o insuficiencia renal. Endoscopia (EGD). Radiografía del abdomen. Radiografía del tórax. Para algunas afecciones se pueden prescribir antibióticos. En caso de que se presente un objeto en la nariz, el médico utilizará un instrumento para retirarlo. Fuente: Cuide su salud, veo oigo y siento
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