lunes, 25 de mayo de 2015

Velero que navega en el espacio.

El concepto parece exclusivo de autores de ciencia ficción. Proyecto prueba un satélite que se mueve por el impulso de la radiación solar sobre enormes velas. Cuando nos imaginamos viajes por el espacio, pensamos en las naves que vemos en las películas, con grandes propulsores, posiblemente con reactores nucleares para alcanzar enormes velocidades. Rara vez nos imaginamos navegando por el universo, surcando sus distancias enormes, a bordo de una nave impulsada por velas. Y la razón es simple: en el espacio hay vacío, por lo tanto, no hay viento, tal y como lo conocemos en la Tierra, capaz de moverlas. Pero sí existe el llamado viento solar (flujo de partículas de plasma solar). Del Sol sale gran cantidad de radiación que baña todo nuestro sistema planetario. Pese a no tener masa, los fotones, o partículas de luz, pueden chocar contra espejos ultradelgados e impulsar, por ejemplo, una nave, lo cual constituye un método alternativo al uso de motores. El concepto parece exclusivo de autores de ciencia ficción, como Arthur C. Clarke. En la década de los 70, él les dio protagonismo a los veleros solares, pero ya se está probando esta tecnología que reduciría considerablemente el peso de la nave, pudiendo alcanzar grandes velocidades. La idea no es nueva, y fue el gran astrónomo Johannes Kepler, el primero en estudiar los efectos de la presión de la radiación del Sol, al observar la cola de los cometas que apuntaba siempre en dirección opuesta al Sol. Kepler sugirió la idea de desarrollar naves espaciales que pudieran aprovechar este fenómeno. Luego en 1873, James Maxwell desarrolló su teoría electromagnética de la luz y concluye que esta debe ejercer una presión sobre los cuerpos. Justamente en estos momentos, se está probando esta tecnología en un satélite que se mueve exclusivamente por el impulso que da la radiación solar sobre enormes velas de 344 metros cuadrados, de un material muy resistente. El proyecto LightSail hace esta semana su primer vuelo piloto. Lo curioso es que el uso de veleros espaciales, nos recuerda las aventuras de exploración de intrépidos navegantes en sus misiones de descubrimiento a bordo de barcos con sus velas fuertemente impulsadas por el viento. Fuente: El Tiempo.
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