martes, 30 de diciembre de 2014
La obesidad es problema multifactorial; sin embargo, 80% de los casos están asociados a la mala alimentación y poca actividad física.
Por cada cuatro mujeres con obesidad hay un hombre, lo que se asocia con desequilibrios metabólicos y hormonales, propios del género.
Los problemas de salud relacionados con la obesidad y el sobrepeso preocupan a las autoridades sanitarias de la capital del país, así lo reflejan las cifras.
En la ciudad de México más de un millón de personas tiene obesidad mórbida, 60% de la población padece sobrepeso y 34% obesidad en grado uno, “y a nivel nacional la estadística es similar, lo que significa que México no es un lugar de obesos, pero que sí está en camino de serlo de no cambiar hábitos alimenticios y de actividad física”, comentó el doctor Francisco Campos, coordinador del programa quirúrgico de la Clínica de Obesidad del Gobierno del Distrito Federal.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud, explican que un índice de masa corporal se puede saber con el resultado de la multiplicación del peso al cuadrado entre la estatura, si el resultado se ubica entre 20 y 25, es normal; de 25 y 30, hay sobrepeso; 30 y 35, obesidad tipo uno, y más de 40 es obesidad mórbida.
Sin embargo, en el caso de México, en donde la estatura se considera baja, en promedio 1.60 metros, el índice de masa corporal debe monitorearse a partir de 27 puntos.
El programa bariátrico surgió en 2008 en los hospitales del Gobierno del Distrito Federal y a la fecha se han operado mil 200 personas, que si se sumara el total del peso perdido equivaldría a 65 toneladas, ya que cada paciente puede perder entre 40 y 80 kilogramos.
La cirugía baríatrica es el conjunto de procedimientos quirúrgicos que son utilizados para tratar los problemas de obesidad avanzados, a través de la reducción en el tamaño del estómago hasta en 90% vía bandas, balones, bypass gástricos y grapeo.
El objetivo de estos procedimientos es lograr la disminución en la cantidad de alimentos que se pueden ingerir, así como en la absorción de grasas que, acompañados de una dieta balanceada y actividad física, permiten la pérdida y el control de peso y de las enfermedades asociadas, como diabetes, hipertensión, osteoartrosis y cardiovasculares.
De acuerdo con el coordinador del programa, Francisco Campos, la cirugía bariátrica surge por la necesidad de ayudar a un grupo que no estaba siendo atendido a causa de los altos costos en los tratamientos de la obesidad, puesto que el valor económico de una operación oscila entre los 150 mil y 300 mil pesos.
“En el caso de los hospitales del DF hay dos grupos: a quienes se les atiende gratuitamente por no tener servicio médico y los que cuentan con seguridad social, pero pagan sus medicamentos, material quirúrgico e internamiento, y el precio es de aproximadamente 40 mil pesos”, comentó Verónica Pratti, coordinadora del Área de la Clínica de Obesidad.
Margarita Hernández tiene diabetes y su sobrepeso la imposibilitaba a hacer actividad física, pues se agitaba y cansaba con facilidad.
Aunado a ello, la ingorbernabilidad de sus niveles de glucosa la hacían parecer fatigada y con sueño, particularmente después de comer, características que la hicieron candidata a la cirugía.
Los requisitos para ingresar al programa son claros: tener entre 18 y 60 años de edad y el índice de masa corporal debe indicar 35, además de tener alguna enfermedad asociada con el exceso de peso.
Una vez que es aceptado, el paciente es tratado en las especialidades de nutrición, sicología, medicina interna, fisioterapia y endocrinología; en función de las entrevistas y su evolución, los médicos deciden qué tipo de cirugía es la más adecuada para él.
Cumplido el plazo, si el paciente llega a su peso meta y se mantiene en él por lo menos tres meses, continuará el proceso con el cirujano plástico reconstructivo, quien realizará torsoplastía, abdominoplastía y cruroplastía para las piernas.
Puertas y pasillos anchos, camas y básculas que aceptan más de 360 kilogramos y sillas sin recargaderas para los brazos, son parte del mobiliario de la clínica del Hospital Rubén Leñero.
Los médicos aseguran que con el tiempo se dieron cuenta qué tipo de muebles necesitaban y que tanto ellos como otros pacientes han donado material para mejorar el espacio, “porque si la gente viene con muchos conflictos de salud y autoestima, lo peor que les puede pasar aquí es que la báscula no los pesara o que no quepan en las sillas”.
De acuerdo con los especialistas, la obesidad es problema multifactorial; sin embargo, 80% de los pacientes están asociados a la mala alimentación y poca actividad física, y por cada cuatro mujeres con obesidad hay un hombre, lo que se asocia con desequilibrios metabólicos y hormonales, propios del género.
Asimismo, siete de cada 10 pacientes llegan con ánimo deprimido y la edad promedio de atención en bariatría está entre los 20 años de edad y los 40 años de edad.
Fabiola Hernández, quien no pasa de los 35 años de edad, sale del consultorio con una sonrisa y varias pacientes se acercan para felicitarla.
Era una de las 350 personas en lista de espera pero ya está programada para el 12 de enero.
“Soy divorciada, tengo un hijo de seis años y mi peso no me deja hacer muchas cosas con el niño. A esa edad quieren estar corrriendo y jugando, pero a veces uno no puede, por eso estoy feliz porque esto lo hago por mi hijo, por darle una mamá con calidad de vida”.
Fuente: El Universal.
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