lunes, 15 de diciembre de 2014
Las bacterias de la boca dependen también de los hábitos alimenticios.
Cuando son patógenos pueden causar desde mal aliento hasta problemas sistémicos.
Impresionadas quedaron algunas personas al enterarse de que cuando una pareja se da un beso apasionado, cada uno transfiere ochenta millones de bacterias a la boca del otro.
Esa es la conclusión de un estudio de la Organización de Investigación Científica Aplicada (TNO) de Holanda, que más que generar repulsión, intentaba explicar que la flora bucal de quienes son pareja termina siendo parecida.
Jorge Alberto Cortés, infectólogo de la Universidad Nacional, aclara que en el caso de la boca, desde bebés elaboramos la flora bacteriana a partir de los besos de la mamá y, en la medida que compartimos con otras personas, se va modificando.
"Entre parejas el intercambio de microorganismos no produce alteraciones ni patologías.
Simplemente el contacto con alguien hace que sus bacterias sean parecidas", dice.
Según el infectólogo, los microorganismos solo se convierten en un riesgo cuando hay desequilibrios, bajas defensas o procesos infecciosos activos.
Por su parte, Jaime Donado, expresidente de la Federación Odontológica Colombiana, añade que las bacterias de la boca dependen también de los hábitos alimenticios y de factores externos, como el medio ambiente en general.
"Tenemos millones de bacterias en cada gota de saliva que no crean ningún problema.
Un ejemplo es lo que ocurre con el herpes, conocido popularmente como ?fuegos'.
En realidad, son virus que viven normalmente en la boca, pero ante un episodio de estrés se pierde esa capacidad de defensa y el virus penetra y produce dichas manifestaciones", agrega Donado.
El odontólogo explica que es posible, cuando una bacteria extraña llega a la boca, que encuentre un hábitat raro para ella, diseñado más para otro tipo de microorganismos y no logre subsistir.
Donado aclara que a veces las bacterias de la boca ni siquiera dependen de un excesivo aseo, es decir, "por más que una persona se lave los dientes no va a eliminar la flora bacteriana normal".
No obstante, José Roberto Támara, magister en epidemiología clínica, de la Unidad de Infectología del Hospital Universitario San Ignacio, dice que las bacterias patógenas sí pueden ser controladas con buenos hábitos de aseo dental.
"Una buena higiene oral impacta la buena salud de las personas.
Por ejemplo, evita la aparición de caries, abscesos, inflamación de las encías, infecciones en las glándulas salivales, de mucosa oral y hasta problemas cardiopulmonares", asegura el infectólogo.
Según Támara, cuando hay enfermedad periodontal, organismos como estreptococos pueden pasar al torrente sanguíneo, y en personas que tengan cicatrices en las válvulas cardíacas se adhieren y dan paso a enfermedades infecciosas en las mismas.
En escenarios normales, explica el infectólogo, incluso la mordedura de una persona sana es "una de las más infectantes que existen por la cantidad de microorganismos que tiene".
Recuerde que la higiene es definitiva.
Hay lugares de la boca que el cepillo dental no alcanza, por eso es importante usar, además, el hilo dental.
Elija chicles sin azúcar para evitar la formación de placa bacteriana y prefiera crema dental con flúor.
Claro que por más aseado que usted sea, hay bacterias que necesariamente seguirán viviendo en su boca.
El mal aliento es uno de los principales indicadores de que algo no está funcionando muy bien en la boca.
Sin embargo, el problema no siempre tiene origen en la cavidad bucal; a veces, puede ser digestivo, por eso es mejor consultar.
También es un buen indicador estar pendiente de la inflamación de las encías o el sangrado tras el cepillado.
En algunos casos, la presencia de bacterias patógenas puede ser advertida por fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos de la cabeza y el cuello.
Fuente: El Tiempo.
Categories: artículos
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