martes, 4 de noviembre de 2014

Ascitis.

Es la acumulación de líquido en el espacio que existe entre el revestimiento del abdomen y los órganos abdominales. La ascitis resulta de la presión alta en los vasos sanguíneos del hígado (hipertensión portal) y niveles bajos de una proteína llamada albúmina. Las enfermedades que pueden causar daño hepático grave pueden llevar a que se presente ascitis. Esto incluye infección prolongada con hepatitis C o B y el consumo excesivo de alcohol durante muchos años. Las personas con ciertos cánceres en el abdomen pueden contraer ascitis, por ejemplo: Cáncer de colon, de ovario, del útero, del páncreas y del hígado. Afecciones que pueden causar este problema: Coágulos en las venas del hígado (trombosis de la vena porta). Insuficiencia cardíaca congestiva. Pancreatitis. Engrosamiento y cicatrización de la cubierta similar a un saco del corazón. La diálisis renal también puede estar asociada con ascitis. Los síntomas pueden manifestarse lentamente o de repente dependiendo de la causa de la ascitis. Es posible que no se presenten síntomas si sólo hay una pequeña cantidad de líquido en el abdomen. A medida que se acumula más líquido, se puede presentar dolor abdominal y distensión. Las cantidades grandes de líquido pueden causar dificultad para respirar. Muchos otros síntomas de insuficiencia hepática también pueden estar presentes. El médico hará un examen físico para determinar la magnitud de la hinchazón en el abdomen. Exámenes: Recolección de orina en 24 horas. Niveles de electrólitos. Pruebas de la función renal. Pruebas de la función hepática. Exámenes para medir el riesgo de sangrado y niveles de proteína en la sangre. Análisis de orina. Ecografía abdominal. El médico también puede usar una aguja delgada para extraer líquido de la ascitis del abdomen. El líquido se analiza para buscar la causa de la ascitis. Se tratará la afección que causa la ascitis, si es posible. Los tratamientos para la acumulación de líquido pueden incluir cambios en el estilo de vida: Evitar el alcohol. Bajar la sal en la dieta (no más de 1,500 mg al día de sodio). Reducir la ingesta de líquidos. El médico también le puede recetar medicamentos: Diuréticos para eliminar el exceso de líquido. Antibióticos para las infecciones. Los procedimientos que le pueden hacer: Inserción de un tubo en el estómago para eliminar grandes volúmenes de líquido (paracentesis). Colocación de un tubo especial o derivación dentro del abdomen para reparar el flujo de sangre hacia el hígado. Las personas con enfermedad hepática terminal pueden necesitar un trasplante de hígado. Complicaciones: Peritonitis bacteriana espontánea (una infección del líquido ascítico potencialmente mortal). Síndrome hepatorrenal (insuficiencia renal). Pérdida de peso y desnutrición en cuanto a proteínas. Confusión mental, cambio en el nivel de lucidez mental o coma (encefalopatía hepática). Otras complicaciones de cirrosis hepática. Si tiene ascitis, llame al médico de inmediato si presenta: Fiebre de más de 38° C. Dolor abdominal. Sangre en las heces o heces negras y alquitranadas. Sangre en el vómito. Hematomas o sangrado que se producen más fácilmente. Acumulación de líquido en el abdomen. Hinchazón de las piernas o los tobillos. Problemas respiratorios. Confusión o problemas para permanecer despierto. Color amarillo en la piel y la esclerótica de los ojos (ictericia). Fuente: Cuide su salud, Veo Oigo y Siento.
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