viernes, 14 de febrero de 2014

Vinculan azúcar añadido en la dieta a riesgo de muerte por problemas cardiacos.

El azúcar puede hallarse 'oculto' en la comida salada, además de los postres y los refrescos, señalan los expertos. Hace mucho que los médicos piensan que el azúcar adicional en la dieta de una persona resulta nociva para la salud cardiaca porque fomenta afecciones crónicas como la obesidad y la diabetes. Pero los azúcares añadidos que los estadounidenses consumen como parte de su dieta diaria pueden (por sí mismos y aparte de otros problemas de salud) duplicar el riesgo de muerte por enfermedades del corazón, halló un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. La dieta estadounidense promedio contiene suficiente azúcar añadido como para aumentar el riesgo de muerte relacionado con el corazón en casi un 20 por ciento, apuntaron los investigadores. El riesgo de muerte por enfermedades cardiacas se multiplica por más de dos en el diez por ciento de los estadounidenses que reciben una cuarta parte de sus calorías diarias de azúcar que se ha añadido a la comida, advirtió Quanhe Yang, investigadora de los CDC y autora líder del estudio. Los hallazgos aparecen en la edición en línea de la revista JAMA Internal Medicine. "Observan que las personas que son consumidoras moderadamente empedernidas de azúcar añadido tienen un mayor riesgo de morir de enfermedades [cardiacas], y los usuarios más empedernidos tienen el mayor riesgo de morir de enfermedades [del corazón]", apuntó Laura Schmidt, quien escribió un editorial que acompaña al estudio. "Cuando se comienza a ver una reacción en respuesta a la dosis como la que hallaron, se trata de una evidencia potente de que consumir azúcar añadido coloca a la gente en riesgo de enfermedades cardiovasculares". Los fabricantes de comida añaden azúcar a muchos productos distintos para mejorar el sabor, la apariencia o la textura. Las personas que comen esos productos variados podrían no estar conscientes de que han aumentado su ingesta total de azúcar, dado que el azúcar está oculto en los alimentos, señalaron los investigadores. Alrededor del 37 por ciento del azúcar añadido en las dietas de los estadounidenses provienen de bebidas endulzadas con azúcar, apuntaron los autores. Una lata de doce onzas (355 mililitros) de refresco regular contiene nueve cucharaditas de azúcar (unas 140 calorías), apuntó Yang, suficiente para poner a una persona en la categoría de riesgo más alto si bebe refrescos a diario. "Podría consumir una dieta de 2,000 calorías, no comer de más ni tener sobrepeso. Pero si bebo apenas una lata de refresco al día, aumento mi riesgo de morir de enfermedades [cardiacas] en un tercio", advirtió Schmidt, profesora de políticas de salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco. "Creo que la gente supondría que una lata de refresco al día no tendría ese tipo de impacto en sus vidas". Otras fuentes importantes de azúcar añadido incluyen los bizcochos, pasteles, bebidas de fruta, dulces, helados y otros postres lácteos, apuntaron los investigadores. El azúcar añadido puede encontrarse incluso en alimentos que la mayoría de personas considerarían como salados, por ejemplo los aderezos para ensalada, el pan y el kétchup, advirtió Schmidt. Otro culpable importante es el yogurt, que con frecuencia contiene tanto azúcar como el hallado en los dulces. Las investigaciones anteriores se han enfocado con exclusividad en los efectos para la salud de las bebidas azucaradas, apuntó Yang. Para el nuevo estudio, el equipo de investigadores decidió observar cómo la cantidad total de azúcar añadido en la dieta estadounidense puede afectar el riesgo de muerte relacionada con el corazón. Las recomendaciones sobre el consumo de azúcar añadido varían, y no hay un límite universalmente aceptado respecto a los niveles malsanos. El Instituto de Medicina recomienda que el azúcar añadido conforme menos del 25 por ciento del total de calorías, la Organización Mundial de la Salud recomienda menos del 10 por ciento, y la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) aconseja limitar los azúcares añadidos a menos de cien calorías al día para las mujeres y 150 para los hombres, según la información de respaldo incluida en el estudio. Los investigadores utilizaron datos de una encuesta nacional para revisar el consumo de azúcar añadido. Hallaron que el azúcar añadido conformaba un promedio del 14.9 por ciento de las calorías diarias en la dieta estadounidense entre 2005 y 2010, una reducción frente al 15.7 por ciento entre 1988 y 1994 y el 16.8 por ciento entre 1999 y 2004. Casi tres de cada cuatro adultos consumían el 10 por ciento o más de sus calorías a partir del azúcar añadido, mientras que alrededor del 10 por ciento de los adultos consumían una cuarta parte o más de sus calorías a partir del azúcar añadido en los años más recientes del estudio. Entonces, los investigadores compararon datos sobre el consumo de azúcar con datos sobre las muertes por enfermedades cardiacas. El riesgo de muerte relacionada con el corazón aumentó en un 18 por ciento con la dieta estadounidense promedio, que recibe alrededor del 15 por ciento de las calorías diarias a partir del azúcar añadido, en comparación con las dietas que contienen poco o nada de azúcar añadido, hallaron los autores del estudio. El riesgo es del 38 por ciento para las personas que reciben entre el 17 y el 21 por ciento de las calorías del azúcar añadido, y más del doble para las personas que obtienen más del 21 por ciento de su dieta diaria a partir del azúcar añadido, señaló Yang. Aunque el estudio halló que comer más alimentos con azúcar añadido se vinculaba con un mayor riesgo de muerte relacionada con el corazón, no probó causalidad. La Asociación de Refinadores del Maíz (Corn Refiners Association), que representa a los fabricantes de una de las formas más populares de azúcar añadido (la fructosa), dijo que no tenía comentarios sobre el estudio. Schmidt, autora del comentario, dijo que el azúcar añadido podría aumentar el riesgo de ataque cardiaco al afectar al sistema hormonal de la persona, descontrolando su metabolismo. En comparación, los alimentos que son naturalmente ricos en azúcar (como la fruta) también contienen mucha fibra y otros nutrientes, lo que reduce el impacto que el azúcar tiene en el cuerpo, comentó Rachel Johnson, profesora de nutrición de la Universidad de Vermont y presidenta del Comité de Nutrición de la Asociación Americana del Corazón. Para evitar el azúcar añadido, lea las etiquetas con los datos de nutrición y los ingredientes de forma cuidadosa, aconsejó Johnson. Esté atento a ingredientes que terminen en -osa, como la fructosa o la sacarosa, así como también a cualquier tipo de jarabe, recomendó. "El jarabe de arroz integral suena saludable, pero en realidad es un azúcar", advirtió Johnson. Fuente: HealthDay
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