jueves, 5 de septiembre de 2013
La azacitidina, aprobada en mayo por la Cofepris, dará 15 años más a quienes sufren esta enfermedad que daña las células productoras de médula ósea.
El presidente de la Asociación Mexicana de Síndromes Mielodisplásicos, Roberto Ovilla, anunció que en el país fue autorizado ya el primer fármaco capaz de prolongar la vida por 15 años de una persona con el síndrome mielodisplásico, como se denomina a esta enfermedad caracterizada por dañar las células productoras de sangre en la médula ósea hasta destruir huesos, provocar insuficiencia renal y deteriorar la vida de las personas en cuestión de meses luego de su diagnóstico.
“Se calcula que esta enfermedad la presentan seis personas por cada 100 mil mexicanos, la mayoría en etapas avanzadas, lo preocupante es que en dos décadas la población adulta mayor será el doble, más de 20 millones o más”, aseveró Ovilla, tras destacar que en mayo pasado la Cofepris autorizó la comercialización de azacitidina.
La azacitidina, explicó, “es el primer medicamento que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) aprueba para su uso en síndrome mielodisplásico y que ya ha sido autorizado por las autoridades sanitarias de México. Uno de sus beneficios es que ayuda a que la médula ósea produzca células sanguíneas sanas.
“Como resultado, su recuento de células sanguíneas se incrementa. De igual forma, como los pacientes requieren de transfusiones de sangre, este medicamento ayuda a disminuir la necesidad de transfusiones, lo que significa que el paciente puede sentirse menos cansado y con menos episodios de fiebre”, detalló.
Otro aspecto es que el paciente puede ser candidato a un transplante de médula ósea con mayor posibilidad de éxito debido a que el fármaco reduce problemas de cardiopatías, controla en su caso la diabetes y otros factores que puedan generar problemas en la cirugía.
 ”Con azacitidina la expectativa de vida del paciente aumenta hasta 15 años. Para quien lo padece es una revolución, pasar de tratamientos súper drásticos donde el objetivo era la cura como quimioterapias y transplantes de médula ósea, a tratamientos más suaves y de fácil administración, sin recurrir a la necesidad de estar hospitalizado, donde el objetivo es controlar la enfermedad a largo plazo”.
“Este tipo de compuestos han demostrado dos cosas: doblar la supervivencia y mejorar exponencialmente la calidad de vida y esto es fundamental “, aseveró.
Por años dicha enfermedad era poco diagnosticada y difícil de controlar. En los últimos 10 años la medicina ha vivido una revolución en cuanto al entendimiento del padecimiento, y hoy en día se sabe que sólo 15 por ciento de los pacientes que lo padecen desarrollan leucemia.
Jorge Vela, Jefe del Servicio de Hematología del Centro Médico Nacional La Raza, dijo que forma parte de los cánceres de la sangre producido por una gran cantidad de células plasmáticas en la médula ósea. Sus principales síntomas son dolor lumbar, anemia o fracturas espontáneas.
“Cada año se diagnostican de 2 mil a 2 mil 500 nuevos casos. Es el segundo cáncer hematológico más frecuente, después de los linfomas.
Entre las causas se encuentra el envejecimiento, la exposición a sustancias tóxicas (pesticidas, empresas petroleras o petroquímicas, que han sido expuestos a quimioterapia por otro tipo de cáncer, predisposición genética, añadió.
En México representa aproximadamente el 1 por ciento de todos los cánceres y el 10 por ciento de los del tipo hematológico. Se trata de una enfermedad incurable y aproximadamente hace cinco años la mediana de supervivencia no excedía los cuatro años bajo tratamiento con quimioterapia convencional.
“Los síntomas muchas veces se confunden con malestares por la edad, el más común es la debilidad”, además que la mayoría de los pacientes tienen otros problemas médicos, por ejemplo cardíacos o endocrinológicos, lo que complica el diagnóstico”, agregó.
 Con los avances ya es posible, dijo, que la gente ya no muere de cáncer o por lo menos que algunos cánceres crónicos permitan a un paciente vivir 15 años más con calidad.
Por ello la importancia del diagnóstico oportuno y correcto, ya que muchos médicos confunden este dolor con artritis y prescriben medicamentos para el dolor: “Lo delicado es que en la etapa inicial, que puede durar entre cinco y hasta 10 años no hay síntomas de la enfermedad. Es por ello que el 15 por ciento de los pacientes llegan en una etapa terminal”, concluyó.
Artículo escrito por Blanca Valadez
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